cebolla 1
aceite de oliva 2 CUCHARADAS
arroz arborio o carnaroli 475 GRAMOS
vino blanco 1 VASO
caldo de verdura EL DOBLE DEL VOLUMEN DE ARROZ
sal y pimienta negra de molinillo A GUSTO
remolachas 3
manteca 30 GRAMOS
queso parmesano rallado 100 GRAMOS
queso mascarpone 200 GRAMOS
alcauciles tiernos 12
huevos 2
harina 1 TAZA
aceite PARA FRITURA PROFUNDA
albahaca fresca picada y pimienta negra PARA COMPLETAR
Picar la cebolla. En una sartén de paredes altas calentar el aceite de oliva y dorar la cebolla unos minutos. Sumar el
arroz a la sartén, asegurándose que se selle sin llegar a dorarse. Revolver constantemente.
Rociar el arroz con el vino blanco y, cuando éste haya sido absorbido, comenzar a sumarle el caldo caliente de a poco,
de a un cucharón por vez, revolviendo siempre. Cuando el arroz esté tierno (18 minutos), salpimentar y retirar del fuego.
Aparte, quitar las hojas duras a los alcauciles. Cortarlos en rodajas muy finas. Pasarlas por huevo y luego por harina,
y freírlas en abundante aceite caliente. Escurrir sobre papel absorbente y reservar.
Mientras tanto, cocinar las remolachas en el horno, con piel y envueltas en papel aluminio, unos 20 minutos, hasta que
estén tiernas. Retirarlas, pelarlas, rallarlas y sumarlas al arroz.
Fuera del fuego, incorporar al arroz la manteca fría y el queso parmesano rallado, mezclar y distribuir en platos con
un copete de mascarpone (o el queso blanco que prefiera o tenga más a mano). Colocar sobre el adorno de queso los alcauciles
empanados y fritos, a la romana. Decorar con hojas de albahaca fresca picada y pimienta negra recién molida, a gusto.
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