Derrita 50 gramos de manteca con 2 cucharadas de aceite en una sartén grande (o cacerola)
Rehogue 1 cebolla picadísima, sin que llegue a dorarse
Agregue 1 taza de arroz y mezcle con un tenedor hasta que los granos se noten translúcidos
Incorpore caldo caliente en cantidad suficiente hasta cubrir apenas los granos de arroz.
Deje hervir despacito
Una vez que el caldo esté por consumirse, agregue otra porción en la sartén
Unale 1 dedalito de azafrán y mezcle con un tenedor
A medida que el líquido se consuma, siga agregando caldo de a poco hasta que los gramos estén cocidos y resulte un arroz
cremoso.
Pruebe el sazonamiento
Sírvalo en una fuente, con queso rallado a gusto.
|